viernes, 3 de junio de 2011

EL CAMINO NEOCATECUMENAL

El catecumenado es el período de prueba o de instrucción que se ofrece a los candidatos al bautismo en el cristianismo.

En la antigüedad

El bautismo de adultos era el más común, en los primeros siglos del cristianismo, lo cual implicaba una conversión del paganismo o de las filosofías que circulaban en el Imperio romano. Gracias a este catecumenado la Iglesia Católica ha podido hacer una experiencia de vida y ha ayudado a muchas personas a convertirse a Dios de corazón y a renovar realmente el ser Hijo de Dios. A quienes deseaban ser cristianos, las comunidades los sometían a varias pruebas y períodos de discernimiento o aprendizaje. Al inicio podían participar en las reuniones de la comunidad cristiana con un miembro de ella que se convertía en una especie de padrino. El hecho de que un buen número de mártires fueran todavía catecúmenos prueba que los períodos de catecumenado podían alargarse bastante. La situación sorprende si se compara con la facilidad con que, según los Hechos de los apóstoles, se ofrecía el bautismo a quienes escuchaban una predicación de un apóstol o simplemente lo pedían mientras iban de camino, pero también resulta sorprendente debido al hecho de que otras religiones no requerían estos tiempos de prueba a sus nuevos neófitos.

En la actualidad

Siguiendo la tradición de la iglesia antigua, el catecumenado en la Iglesia católica es un período que puede prolongarse y que cuenta con diversas etapas o «elementos esenciales»:


El anuncio de la Palabra, la acogida del Evangelio que lleva a la conversión, la profesión de fe, el Bautismo, la efusión del Espíritu Santo, el acceso a la comunión eucarística.
“Catecismo de la Iglesia Católica 1229”


Se considera como un período de maduración en la conversión y en la fe aun cuando ya se habla de una cierta pertenencia a la Iglesia («unión») y quienes mueren sin ser bautizados se les considera su deseo de recibirlo como seguro de su salvación. Sin embargo, la extensión de la práctica del bautismo de niños, hace que en realidad sean pocos quienes reciben o toman esta preparación e incluso, hasta el Concilio Vaticano II la institución como tal se había abandonado. Se habla de «catecumenado postbautismal» y el Catecismo de la Iglesia Católica menciona que la Constitución Sacrosanctum Concilium, núm. 64 restauró el catecumenado cuyos elementos rituales fueron normados en el Ordo initiationis christianae adultorum aprobado en 1972. Así se puede volver a hablar incluso de un «orden de los catecúmenos».
Asimismo se hace más versátil permitiendo la inclusión de elementos culturales propios de las tierras de misión para enriquecer la simbología del rito. La ceremonia de bautismo, que suele celebrarse en la vigilia pascual incluye la recepción de los demás sacramentos de la iniciación cristiana: la confirmación, comunión.
Al hablar del rito del bautismo el Catecismo compara la sumersión del catecúmeno en el agua con su sepultura en la muerte de Cristo. En el número 168 del Catecismo al recordar el rito de bautismo de adultos, se menciona que el don que el neófito pide a la Iglesia es el de la fe.








KIKO ARGÜELLO
Creador del camino neocatecumenal.



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